Representan sonidos o pronunciaciones. Los
caracteres empleados han perdido toda relación o asociación mental con los
objetos representados y únicamente denotan sonidos, no representan imágenes ni
ideas. Esta forma de escritura se empleó principalmente para representar
nombres de personas y lugares. A pesar de la escasez de códices que se salvaron
de la destrucción llevada a cabo por los conquistadores, es posible formular
algunos principios generales sobre este modo de escritura.
Atl, agua, letra "a" |
I. Sabemos con certeza que los nahua
desarrollaron un sistema de glifos para representar fonéticamente numerosas
silabas y algunas letras atl(a) etl (e) ohtli(o).
Silabario Mexica en el Alfabeto Fonético Internacional de acuerdo a Lacadena y Wichmann 2004 |
II. Esos glifos fonéticos, silábicos y
alfabéticos se derivan como sucedió en la escritura fonética de otras culturas
de la representación estilizada de diversos objetos cuyo nombre comenzaba por
el sonido que se pretendía simbolizar.
III. L a escritura fonética náhuatl llego a
poseer plenamente caracterizados con unos cuantos rasgos:
A) Glifos silábicos en general
Tetl, piedra silaba Te. |
Tlantli, dientes, silaba tlan. |
B) Glifos monosilábicos que representan
prefijos o sufijos, te (referencia a alguien o algunos) tlan (locativo) etc.
C) Glifos que representaban letras
concretamente la a como resultado de la estilización del glifo a-tl (agua) la e
del glifo e-tl (frijol) y la o de o-htli (camino).
De la combinación de todos los tipos de
escritura mencionados los nahuas podían escribir y representar todos los
nombres conocidos por ellos.
Escritura fonética mexica del nombre del virrey Antonio de Mendoza; metl (agave) + tosan (topo) : Mendoza
Fray Bernardino de
Sahagún nos dice, que habiendo emprendido por orden de su prelado la obra que
compuso, conferencio con los indios entendidos de Tepeapulco, quienes, “todas
las cosas que conferimos me las dieron por pinturas, que aquella era la
escritura que ellos antiguamente usaban:
los gramáticos las declaraban en su lengua, escribiendo la declaración al pie
de la pintura”1. Bajo la verdad de tan autorizada persona se puede
establecer, que la anotación gráfica de los aztecas era muy abundante en
recurso, supuesto que podía expresar, de una manera inteligible, cuantas
materias abarco en sus libros el franciscano.
El señor obispo Casas, asegurando que vio las
pinturas, aumenta: “aunque no tenían escritura como nosotros, empero tenían sus
figuras y caracteres, que todas las cosas que querían significaban; y de estas sus libros grandes por tan agudo y
sutil artificio, que podríamos decir que nuestras letras en aquello no les
hicieron ventaja”2.
En los tiempos
inmediatos a la conquista, para conservar
los enseñamientos religiosos, tuvieron en su escritura los recursos
suficientes para fijar de una manera entendible los preceptos morales; y debe notarse que todo ello les era
absolutamente extraño, además de pronunciado en lenguas extranjeras como eran
el latín y el español. El padre Acosta dice a este propósito:
También escribieron
a su modo por imágenes y caracteres los mismos razonamientos: y yo he visto,
para satisfacerme en esta parte, las oraciones del pater noster, ave maría,
símbolo y la confesión general en el momento dicho de indios, y cierto se
admirara cualquiera que lo viere, porque para significar aquella palabra: “yo
pecador me confieso”, pintan un indio hincado de rodillas a los pies de un
religioso, como que se confiesa; y luego para aquella: “a dios todopoderoso”,
pintan tres caras con sus coronas al modo de la trinidad; “ y la gloriosa
virgen maría”, pintan un rostro de una señora y medio cuerpo con un niño; “ y a
san Pedro y san Pablo”, dos cabezas con coronas, y unas llaves y una espada; y
a este modo va toda la confesión escrita por imágenes ; y donde falta imágenes,
ponen caracteres, como: “en que peque etc.” de donde se podrá colegir la viveza
de los ingenios de estos indios, pues este modo de escribir nuestras oraciones
y cosas de la fe, ni se lo enseñaron los españoles, ni ellos pudieran salir con
él, si no hicieran muy particular concepto de lo que les enseñaban3.
Si aquí se echa de
ver el sistema general de la escritura, de signos mezclados, los recursos
fonéticos de que disponían se patentizan en el siguiente pasaje de Torquemada,
describiendo la manera con que escribían el
pater noster:
El vocablo que
ellos tienen y que más tira a la pronunciación de pater es pantli, que
significa una como banderita con que cuentan el numero veinte; pues para
acordarse del vocablo pater ponen
aquella banderita que significa pantli
y en ella dicen pater. Para la segunda, que dice noster, el vocablo que ellos
tienen más parecido a esta pronunciación es nuchtli, que es el nombre de la que
los nuestros llaman tuna, y en España
higo de las indias; pues para acordarse del vocablo noster pintan consecutivamente tras la banderita una tuna, que
ellos llaman nuchtli, y de esta
manera van prosiguiendo hasta acabar la oración. En otros casos se advierte el intento de
reproducir silábicamente las palabras; así, para escribir amen ponían el
simbólico atl y el mímico metl, leyendo a-me. En el caso del pater
noster colocaban una bandera pantli,
tetl, nochtli, y tetl formando la
lectura pa-te-noch-te, que remedaban
los sonidos que se pretendía, sin atingencia alguna con el significado4. Semejante
procedimiento no era nuevo, pues hemos
visto que los mexica le practicaban desde antes en la traducción de los nombres
de lenguas extranjeras.
Comparadas todas
estas diversas autoridades, observamos que las personas más cercanas a los
tiempos de la conquista o las que parecen más entendidas en la cuestión, son
las que pronuncian juicios más favorables acerca de la escritura azteca: es
lógico, los jueces más competentes pronuncian fallos más fundados. Una
consecuencia se desprende naturalmente: la escritura grafica de los nahoas era
capaz de expresar las cosas materiales y abstractas. La interpretación de
aquellos caracteres es desconocida para nosotros; ignoramos de todo punto esa
lectura de corrido de los signos, cual si fueran letras; no estamos muy versados en el idioma, y todas
estas causas determinan, que no podamos acertar, cual se debiera, al formar
juicio en esta materia. Pero debemos huir del ejemplo de quienes no atinando en
cosa oscura, la dan por inútil o absurda, para ocultar la propia incapacidad.
1.
Historia
general, t 1 p IV
2.
Historia
apologética, ms. C. CCXXXV
3.
Acosta,
historia natural y moral, lib. VI cap VII. Véase anales del museo nacional t.1
4.
Monarquía
indiana, lib XV, c XXV1.
Historia
general, t 1 p IV
Bibliografía
Manuel Orozco y Berra; Patrick Johansson
La civilización Azteca México: Cien de México: Secretaria de Educación Pública (SEP), 1988. |
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